Roja, amarilla, verde…La salud tiene un color para ti
No sé si te ha pasado, pero cuando eras niño te enseñaron
que el color rojo era el color de la manzana, pero al poco tiempo creciste y te
diste cuenta que también había manzanas amarillas, y pasó un poco más el tiempo
y resulta que también existen manzanas verdes, y no precisamente porque no
hayan madurado lo suficiente, sino porque es su color. Y entonces dices… ¿cuál
es la mejor o son
iguales?
Comer manzanas es saludable, porque entre muchas de sus
propiedades una manzana funciona como depurativa, hipolipemiante (disminuye
grasas en sangre), tonificante del sistema nervioso, mineralizante,
antioxidante, hipotensora (disminuye la presión sanguínea), reductora de ácido úrico
y anticancerígena.
Esto gracias a su alto contenido en pectina, una fibra
soluble que ayuda a la disolución del colesterol y control del azúcar en pacientes
con diabetes.
Además tiene aminoácidos como la cisteína encargada de
eliminar toxinas del hígado. La glicina, un antiácido natural responsable de
reforzar el sistema inmunológico. La arginina, responsable del crecimiento
muscular y la reparación de los tejidos. Histidina, un vasodilatador y
estimulador del jugo gástrico, enemigo de la anemia, la artritis y las úlceras.
La lisina es un necesario aminoácido para la producción de
anticuerpos, la absorción de calcio y la construcción de tejidos. Serina cumple con la función de
fortalecer el sistema inmunológico. Valina, la cual favorece el crecimiento
infantil, entre otros.
Además de algunos ácidos como el glutámico, que incrementa
la capacidad mental, el linoleico conocido como vitamina F, el málico, oleico,
palmítico y caféico.
Sin olvidar los minerales como el calcio, hierro, boro,
magnesio, nitrógeno, fósforo y potasio, vitamina E, vitamina C, además de
azúcares, fibras y sorbitol, una sustancia que ayuda en los problemas de
intestinos.
¿Pero y los colores?
Cierto es que el pigmento que presentan las manzanas no es casualidad,
pues aunque la manzana es una fruta saludable que puede ayudar a contrarrestar
toda clase de males sabiéndola usar en momento y la forma correcta, también es
indispensable conocer la diferencia de los colores y las propiedades que éstos
aportan al cuerpo.
El color que caracteriza cierto tipo de manzana es producido
por una sustancia conocida como fotoquímicos, un tipo de coloración que
comprende alrededor de 600 químicos naturales que se hallan en las plantas
comestibles, íntimamente ligados a la lucha contra el cáncer, y otros males. En
otras palabras, este tipo de pigmentos más que darle color a la naturaleza la
convierten en una fórmula secreta para mantener nuestro cuerpo sano y libre de enfermedades.
¿Cuántos colores de
manzana conoces?
La clásica es la manzana roja, ésta pertenece a un grupo
encargado de tener buena memoria, el corazón, el tracto urinario y previene
cualquier tipo de cáncer. Propiedades obtenidas gracias a los fotoquímicos como
el licopeno, las antocianinas, algunos compuestos fenólicos, flavonoides y ácido
elágico.
Las manzanas amarillas tienen la peculiaridad de prevenir
toda clase de cánceres, mejorar la vista, en especial la nocturna; protege el
sistema cardiovascular y el sistema inmunológico.
Las manzanas amarillas tienen una concentración mayor de vitamina
C, por lo que se recomiendan para el tratamiento de enfermedades de las vías
respiratorias, además de que te pueden ayudar a reducir grasa corporal. Son
ricas en carotenoides, en especial el betacaroteno un potente antioxidante previsor
de enfermedades degenerativas y envejecimiento. Sin olvidar la quercetina,
luteína, zeaxantina, limoneno y terpenos.
Las modernas manzanas verdes que hoy en día son parte de toda
clase de jugos, refrescos y dulces comerciales, además de ser un
anticancerígeno en especial de las vías respiratorias, tiene la propiedad de
fijar el calcio a los huesos y dientes, mejora la vista, ayuda aprevenir los
malestares de la menopausia gracias a su autocontenido de isoflavonas, refuerza
el sistema inmunológico y nervioso, reduce las posibilidades de presentar depresión
y problemas de estrés, y gracias a su alto contenido en hierro ayuda a combatir
la anemia.
Mientras la manzana roja aporta fibra, encargada de mejorar
nuestra digestión. La manzana amarilla es rica en vitamina C, por lo que se
recomienda para tratar enfermedades de las vías respiratorias.
Y la verde aporta vitamina A, encargada de mejorar la vista
y producir leche durante la etapa de lactancia.
Estudios realizados en la manzana demostraron que al
consumir constantemente la cáscara de la manzana puedes inhibir en un 43% el
cáncer. Mientras que la pulpa sólo lo hace en un 29%. Y sólo en el caso del cáncer
de hígado la cáscara inhibía el 57% de células cancerígenas, mientras que la
pulpa sólo elimina el 40%.