Frutas de invierno
- El invierno es la estación del frío y de virus diversos, como los de los resfriados y los de la gripe, que necesitan bajas temperaturas para propagarse. De ahí que sea necesario reforzar el sistema inmunitario, y la naturaleza nos aporta los cítricos, frutas muy ricas en vitamina C, que tiene la propiedad de reforzar nuestras defensas.
- La manzana tiene un alto contenido en agua (85%) y en fibra, y aporta pocas kilocalorías. Además, es rica en elementos fitoquímicos, los flavonoides, que tienen propiedades antioxidantes. Si se come cruda, estimula el tránsito intestinal, y si se come cocida o rallada, como produce pectina (un jugo espeso y marrón), tiene efectos astringentes.
Las frutas más características del invierno son los cítricos, como
las naranjas, las mandarinas y la toronja, frutas que contienen
ácido cítrico (responsable de su característico sabor ácido), que potencia la
acción de la vitamina C. Esta vitamina, además de reforzar el sistema
inmunitario y prevenir las infecciones, favorece la absorción del hierro de los
alimentos e interviene en la formación de los huesos, los dientes, las
articulaciones y los glóbulos rojos. Los cítricos también contienen aceites
esenciales que podemos obtener sólo de estas frutas, porque nuestro organismo
no los puede sintetizar.
- La naranja, una fruta que proviene del sureste de China, nos aporta minerales (potasio, magnesio y calcio), fibra y vitaminas (ácido fólico, vitamina A y, sobre todo, vitamina C).
Las fresas y fresones también son frutas ácidas propias
del invierno, ricas en vitamina C. Tanto los cítricos como los fresones tienen
muy pocas calorías y contienen mucha agua y fibra.
Los frutos secos, como la avellana, la almendra,
las nueces y los piñones, se recolectan en otoño pero, como se
guardan en óptimas condiciones, se consumen en abundancia durante el invierno.
Tienen unas propiedades muy beneficiosas para el organismo, ya que contienen
grasas saludables: los conocidos Omega3. Además, son una fuente muy importante
de proteína vegetal. Contienen gran cantidad de minerales (potasio, magnesio,
calcio y fósforo) y vitaminas (como la A, el grupo B y E). El contenido en sal
es muy bajo y ayudan a controlar los niveles de colesterol y triglicéridos en la
sangre. Como tienen un elevado valor calórico, se aconseja un consumo habitual
en poca cantidad. De todas, la nuez es la que contiene más grasa. Todos son
ricos en fibra.
Los turrones típicos de Navidad son los de almendra, y también hay gran
variedad de turrones de chocolate con avellanas, nueces o almendras. Aunque son
alimentos muy calóricos, porque los frutos secos ya aportan muchas calorías y,
además, se les añade azúcar, los turrones son un buen alimento que nos aporta todas
las propiedades saludables de la fruta seca y del cacao, pero hay que
consumirlos con moderación.
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