Ricas en vitaminas y aceites benéficos para el ser humano,
las almendras dulces o amargas, cuentan con una buena cantidad aminoácidos,
ácidos grasos esenciales, constituyentes celulares; así como calcio y magnesio.
Lo que en primera instancia las convierte en depurativas y terapéuticas.
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La vitamina E que aportan ayuda a prevenir eficazmente el envejecimiento, reduce los niveles de estrés, fortalece la piel, y es capaz de prevenir enfermedades cutáneas.
El calcio que nos aportan como tiene una dosis muy elevada, es altamente recomendable para personas que presentan osteoporosis y niños en etapa de crecimiento, ya que fortalece efectivamente los huesos.
Gracias a su alto contenido de fibra, las almendras trabajan
directamente con los azúcares, disminuyendo la absorción de la glucosa además
mejora la tolerancia hacia ésta y regula el colesterol y los triglicéridos. Por
ello las almendras se pueden convertir en un alimento básico en la dieta de
pacientes con diabetes y problemas de colesterol.
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El conocimiento general dice que la almendra es como una
aspirina natural, gracias a que contienen una buena porción de sales formadas
por el ácido salicílico, la base que constituye la aspirina comercial.
Por si fuera poco, gracias a su alto contenido calórico y
proteico, las almendras favorecen la regeneración del sistema nervioso. Si esto
fuera poco, comer almendras todos los días representa una reducción importante
de correr riesgos cardiacos.
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En tal caso la leche de almendras también es una sana opción para combatir enfermedades nerviosas, desnutrición, debilidad y anemia.
Las riboflavinas que se encuentran en las almendras, así
como la niacina, son ideales para tratar problemas emocionales y prevenir los
drásticos cambios hormonales durante la menopausia, así como la disminución del
apetito sexual y deficiencias hormonales.
Su alto contenido en vitamina C ayuda a prevenir y tratar
efectivamente enfermedades de las vías respiratorias.
El magnesio funciona como un potente relajante muscular
coadyuvante en la absorción del calcio. Participa en la duplicación del ADN así
como en la transmisión de los impulsos nerviosos.
Regula los niveles de azúcar en la sangre, previene de
manera efectiva toda clase de calambres, contracturas y vértigo, así como
mareos y fatiga. Regula la temperatura corporal cuida de nuestras articulaciones,
cartílagos y dientes.
Mejora la circulación y fortalece nuestro sistema
inmunológico.
Las almendras también cuentan con fósforo, el cual en
combinación con el calcio ayuda a fortalecer los huesos y dientes, mantiene los
niveles de energía, ayuda a aliviar dolores generados por la artritis, mejora
las funciones de los riñones, facilita la metabolización de las grasas; ayuda a
asimilar de manera correcta el complejo B, mejora las funciones cardíacas y
estimula la producción de leche materna.
Se recomienda consumir entre 7 y 15 almendras al día.
Las almendras son un elemento fundamental para prevenir las enfermedades del corazón y para mejorar la circulación sanguínea.
Algunos de los nutrientes que componen las almendras son:
Fibra
Ácido oleico u omega 9
Ácido linoleico u omega 6
Agua
Vitamina E
Vitamina C
Complejo B
Zinc
Magnesio
Potasio
Calcio
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